martes, julio 18, 2006

Le Fabuleux destin d'Amélie Poulain



Esta no es solamente una película, por lo menos no para mi. Desde la primera vez que la vi se ha convertido en mi biblia (hecha cine... claro). No obstante que yo no he estado siempre de acuerdo que hay que servir primero a los demás y después a uno mismo, esta película demuestra que así debe ser. Pero no solo demuestra eso, sino lo difícil y doloroso que resulta ser una persona "buena" en un mundo aparentemente injusto.

Muchas de mis decepciones me las he llevado por ayudar a las demás personas antes que ayudarme a mi. Las peores de éstas fueron por hacer cosas por gente que no las merecía y/o por gente que no las tomaba en cuenta. Pero, al ver esta película, y tiempo después, pensarla, encontré la satisfacción en ayudar y hacer cosas por la gente que lo necesita y que lo agradece y toma en cuenta. Nota que, en cuanto a ayuda se refiere, yo soy y seré de la política de regalar una caña de pescar y no un pescado; es por eso que no me verán repartiendo moneditas en los semáforos y con esto sentirme la Madre Teresa. Por eso es importante que lo tomen en cuenta. Cuando a alguien se le ofrece una herramienta, se sabe si es merecedor de ésta por su actitud. Si la toma como un simple objeto de colección o no le encuentra sentido, obviamente no merece ayuda alguna, si le saca el mayor provecho posible, es la persona indicada. Hablo en todos los aspectos, aunque parezca lo contrario, en el que menos me estoy involucrando es en el económico, pero es más sencillo el ejemplo. Es sobre todo en el sentimental.

Amélie me enseñó a entregar mi amistad, mi sonrisa y mi tiempo sin miedo y solo a quienes lo merecen. Prueba de eso son las amistades presumibles con las que cuento ahora y no me dejarán mentir en cuanto a que me entrego de maner amistosa, sin miedo alguno. Esa es mi única manera de agradecerles su amistad.

Amélie (1999), película dirigida por Jean-Pierre Jeunet (Delicatessen, The city of the lost children, A very long engagement) y protagonizada por la guapísima Audrey Tautou liberó también, además de mi lado sentimental, el artístico. Con sus increible fotografía, guión, caracterización de los personajes y mensaje, es mi película favorita; que, perdón que insista, hasta me siento mal al llamarla simplemente "película". Sé que no es la obra maestra cinematográfica (pero sí de las mejores), hay muchas películas con excelente producción artística que pueden proclamarse como lo mejor del cine, pero Amélie está hecha para mi, y sé que para muchos más, es por eso que se las recomiendo.

Algo también sumamente importante de la película que no está de más mencionarlo, es la músia que te envuelve en la tristeza, en la nostalgia, en la alegría y en los mismos sentimientos de Amélie, hecha por el francés Yann Tiersen, músico recomendado totalmente; garantía de excelente música.

No la acabo de ver, tengo años viéndola y cada vez que la veo descubro algo nuevo, así que no crean que es solo un gusto pasajero. En verdad, si quieren que este blog sea útil de algo, véanla y platíquenme sus comentarios, de igual forma si ya la vieron.

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